martes, 4 de marzo de 2014

Capitulo 5

-No no esto no está bien  (Dijo Victoria separandose nerviosa mientras negaba con la cabeza)
-¿Por qué no? (Dijo desconcertado)
-Porque no Marcos (dijo un tanto alterada) Entiende que no puedo permitir que te enamores de mi (dijo negando con la cabeza nerviosamente) No con esta enfermedad. No quiero ese futuro para vos imagina tener que soportar a una enferma moribunda.
-No te subestimes Victoria vos no sos una enferma moribunda (dijo Marcos acercándose más ella)
-Bien sabemos que en esta enfermedad nada es seguro hoy puedo estar bien y mañana puedo ser un verdadero desastre.
-Si lose, pero al menos vamos a estar juntos para batallar unidos contra ella y poderla vencer (dijo tomándola por la cintura)
-No (dijo alejándose de golpe) No voy a permitir verte sufrir igual que yo no (dijo con los ojos llenos de lágrimas)
-Al menos dejá que yo decida lo que es bueno y lo que no para mí (dijo observando sus ojos seriamente)
-Lo siento, pero sólo puedo ofrecerte esto que ves acá. Una amistad sincera nada más (dijo de manera decidida)
-Pero . . .
-Sólo eso (dijo seriamente. Marcos asintió con la cabeza mientras apretaba la mandíbula)
-Está bien si eso es lo querés. Eso seremos (dijo alejándose unos pasos hacia atrás) Pero al menos prometeme que vas a pensar en que yo sea el donante para un hijo tuyo. (Victoria asintió bajando la mirada) Bien (dijo dándose la vuelta y caminando hasta la puerta) Buenas noches Victoria (dijo volteando a verla desde la puerta abierta)
-Buenas noches (dijo neutralmente)

Las siguientes semanas comenzaron a ser un tanto pesadas para Victoria ya que había comenzado con dicho tratamiento de fertilidad. Donde después de una larga discución entre Marcos y ella terminó por aceptar que él fuera el donante de semen que tanto deseaba, pero por supuesto sólo como amigos. Que él fuera a ser el padre de un hijo de ella en un futuro no implicaba que fueran a tener algo más que una inocente y bonito amistad. Esas habían sido las condiciones que había impuesto ella y Marcos acepto con tal de evitar que fuera a hacer una locura. Los días eran cálidos y tranquilos para ella ya que entre el trabajo y Marcos no le daban tiempo de pensar en su enfermedad o de sentirse sola y triste, más cuándo ya las primeras estrellas comenzaban a brillar y se encontraba sola en su habitación, la fortaleza que había mostrado durante el día se desvanecía quedando la frágil Victoria que llora de miedo, desespero y soledad hasta quedarse dormida y aunque cada vez Marcos estaba mucho más unido a ella no notaba sus lágrimas de medianoche. Él había sabido convertirse en el mejor de los apoyos trataba de nunca dejarla sola y cuando lo hacía le llamaba para saber de ella. Incluso había días a los que faltaba a trabajar sólo para estar junto a ella y verla sonreir. Un amor bonito y especial comenzaba o ya se había desarrollado entre ellos, un amor definitivamente Marcos quería que pasara, pero el cual Victoria se negaba y le negaba a él sentir.

 -Vengo agotada que día tan pesado en la oficina. Tal parece que la empresa se cae sin mi. Falto un día y ya todo está boca abajo (dijo Victoria lanzando el bolso sobre el mueble mientras se llevaba una mano al cuello moviendolo de lado a lado)
-Es mejor que descanses no es bueno para vos tanto trabajo (dijo Marcos desde la cocina)
-Mmmm ¿A que huele? (preguntó caminando hasta la barra de la cocina)
-Te preparo la cena (dijo con el sarten en la mano)
-Marcos me comenzás a mal acostumbrar (dijo Victoria sonriendo) Me consentís mucho.
-Eso es justo lo que quiero, tratarte como a una princesa (dijo asercandose y tomándola de la mano la llevo a uno de los taburetes frente a la barra) Hermosa dama la cena está servida (dijo colocándo un delicioso platillo hecho de lasaña de vegetales frente a ella.)
-¿Vos lo cocinaste? (dijo con un toque de sorpresa en la voz mientras observaba en plato y después a Marcos. Marcos asintió con una sonrisa pícara en los labios) Se ve delicioso (Marcos tomó uno de los cubiertos tomando un poco de la sabrosa pasta)
-Lo es (dijo llevándoselo hasta los labios. Victoria abrió la boca y degustó del sabroso bocado con una sonrisa.)

 La cena continuó muy amena, Victoria aprovechó para desahogarse de ciertos conflictos que había tenido en la oficina. Así como los nuevos proyectos que tenía en mente para el lanzamiento de nuevos productos. Mientras Marcos la escuchaba atento con una sonrisa.

-¿En qué pensás? (preguntó Victoria recostando la cabeza en la parte superior de su mano)
-En lo emocionada que te ves cada vez que hablás de un nuevo proyecto (dijo observando sus ojos)
-Si, que un nuevo un nuevo producto sea lanzado con éxito es lo que más me emociona al igual que ver que mis empleados y personal a cargo sean tratados con respeto y amabilidad (dijo con un brillo de emoción en la voz y en la mirada)
-Sos tan hermosa (dijo Marcos perdiendose en su mirada)
-Marcos por favor (dijo acomodandose incomodamente en su silla)
-¿Bailás conmigo? (dijo poniéndose de pie y estirando su mano para que ella la tomara)
-¿Qué? (dijo desconcertada)
-¿Me concede esta pieza bella dama? (dijo con una sonrisa. Lo que provocó la risa de Victoria tomando su mano)
-Por supuesto (dijo poniéndose de pie. 


 Marcos apretó levemente su mano y tomando un control de la barra encendió una suave y delicada melodía que lleno el departamento y llevando a Victoria hasta la sala de estar la tomó por la cintura acercandola más a su cuerpo. Al mismo tiempo que ambos se deslizaban y movían al ritmo de la suave música. Victoria recostó su cabeza en el hombro de Marcos y cerrando sus ojos se dejó llevar por Marcos borrando todo mal pensamiento de su cabeza. Hasta que levantó la cabeza encontrandose con la intensa pero dulce mirada de su compañero de baile. Provocando que algo en su interior se moviera haciendo que olvidara cualquier ataque de defensa en contra de algún sentimiento hacia Marcos. 

 Y estirandose lentamente unió sus labios con los de él. En un beso el cuál él supo corresponder muy bien con los delicados movimientos de su boca. Lamentablemente la realidad golpeó la cara de Victoria haciendo que se separara de golpe de ese beso. 

-Lo siento esto no debió pasar (dijo desconcertada y nerviosa) No debí hacerlo. 

 Marcos solamente la aferró más a su cuerpo y tomandola por la barbilla volvió a unir sus labios con los de ella sutil y delicadamente como siempre. Callando cualquier duda que ella pudiera tener buscando su rendición en su boca.


Continuara . . .

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